
Y es que además es la peor edad por muchos motivos. Es la edad del gran salto: de los estudios al trabajo. Acabas la carrera y te quedas frente a un inhóspito mundo laboral lleno de buitres dispuestos a sacarte los ojos. Intentarán hacer que nos resignemos a ser becarios, pero no lo conseguirán... algún día lograremos imponernos y hacernos respetar.
Es la edad de no tener ni un duro. Es la edad de la independencia, por un lado, y de la responsabilidad por otro. Es la edad de que se te caiga el mundo encima. Y también la ponértelo por montera.
En fin, qué dura es la vida.